Este era un tema que estuve evadiendo por un largo tiempo, pero después de meditarlo mucho, me di cuenta que era necesario que hablara sobre ello, ya que, de cierta forma, terminó afectando mi blog.
Mucho antes del 2022, mis redes sociales y mi blog ya estaban alcanzando las métricas que siempre había soñado. Algunas entradas ya estaban alcanzando vistas de 1,000 lecturas, editoriales ya estaban enviándome libros, pero todo se fue por la borda después de una crisis de depresión que me dio entre 2020 y finales del 2022. Se me mezcló con cuestiones personales al grado que perdí la motivación por leer, por crear contenido y disfrutar de cosas que me llenaban del alma.
Salir de ese hoyo fue difícil. Tengo que admitir que fui influenciada por las redes sociales y mi actuar también fue negativo. Creo que en esa época, mi mente no estaba en el lugar preciso.
Volver a escribir y leer, fue más difícil todavía. Además de mezclarse con mi estado de ánimo, también mis gustos se vieron afectados por los cambios que hice en mi vida para poder sanar mentalmente y emocionalmente. Aunque encontré uno que otro libro que disfrutaba, difícilmente seguía con el ritmo de lecturas que usualmente tenía. También me encontré en un momento en que, aunque tenía acceso a internet y aparatos de tecnología, el espacio donde me inspiraba, me sentaba a escribir o leer, no era el idóneo.
Leer en público o con ruido, nunca ha sido un problema para mi. La cuestión es que tuve que enfrentarme a cambios de espacios, de encontrar el tiempo donde me siéntese cómoda para escribir o leer y que sumado a ello, no tendría que estar batallando con la tecnología.
Al final, creo que regresé más o menos al ritmo de lectura a mediados del año pasado, pero todavía me encuentro cuadrando mis horarios para poder tener vivo el blog. De ninguna forma lo quiero dejar olvidado porque siempre ha sido mi espacio para hablar de lo que me gusta y ha crecido conmigo.
A pesar de todo ello, no vengo a hablar de mis reajustes y cambios. Vengo a hablarles de que me di cuenta cómo es que el estado de ánimo realmente afecta si te gusta o no un libro. Si te apetece leer. El cómo un libro tiene que llegar en el momento idóneo para que conecte contigo. Creo ya lo hemos visto reflejado cuando los libros son clasificados por demografías como: "Lectura para niños", ¨Libros para jóvenes adultos", "Literatura para mujeres", entre otros.
Actualmente me encuentro leyendo "Fangirl". Un libro que estuvo de moda por allá del 2014 (más o menos). En su momento, ganó mucha popularidad y se podía ver en todos los blogs. Por una u otra razón, no lo leí cuando estaba de moda. Y ahora me encuentro leyéndolo porque empecé a leer libros que tenía en mi lista de "libros por leer" de Goodreads.
La cuestión es que el libro tiene una protagonista que tiene esta afición por escribir fanfics y se encuentra en la fase de ir a la universidad. Conoce amigos, siente frustración y pasa por una esa sensación de sentirse incómoda.
Aunque el libro aún no lo he terminado de leer y la opinión que voy a expresar a continuación no es mi reseña per se, lo que sí debo decir que mi interés no está enfocado mucho en libro. Creo que si lo hubiese leído cuando estaba en mis veintes, a lo mejor me hubiese gustado más.
También me ocurrió que intenté leer varios libros a mediados del 2022, pero no me encontraba en el momento correcto para leer. Los libros no me entusiasmaban tanto. (Salvo los libros de Lucy Foley que me encantaron y fueron los únicos que pude leer de principio a fin sin problema).
Noté que mis intereses cambiaron y no me sentía tan entusiasmada por ciertos temas y comencé a buscar libros que tuvieran protagonistas de mi edad con situaciones más reales o que reflejaran el cómo me sentía. Por lo tanto, es bueno buscar libros que se adecuen a nuestra edad o al momento en que estamos viviendo.
Afortunadamente, siento que esa etapa de lentitud ya la pasé y ahora me encuentro produciendo contenido más animadamente.
¿Ustedes qué piensan?